Un poco de mala leche

20 Ene

Esta entrada va a ser corta, pero proporcionalmente inversa respecto al tamaño de mi indignación.

Esa sensación de ser un pedazo de cosa para los demás cuando, en el mail que utilizas para buscar trabajo, te manda publicidad la misma empresa a la que le enviaste el currículo.

Si eso no es de sinvergüenzas, ya no sé qué lo será.

¿A vosotros también os ha pasado? No dudéis en comentarlo.

Errores del empleador: Internet, el desierto de la comunicación global

9 Ene

Creo que cualquiera que haya estado buscando trabajo a través de Internet esperaba un texto como éste. No lo incluí en la primera entrada de esta serie porque aquello era autocandidatura y esto tiene que ver con la situación típica en la que alguien ofrece trabajo y se presentan varios candidatos. Sólo puedo imaginar una edad dorada en la que las empresas, ante la lluvia de candidatos, tenían que cribar hasta que la vacante estaba cubierta, momento en el que se comunicaba al resto de desempleados que no se les necesitaría de momento, fuera cierto o no.

Esto ha cambiado gracias a la tecnología y a Internet: en la actualidad hay cientos de webs dedicadas a la búsqueda de empleo, sitios en los que cada día se publican decenas de ofertas de trabajo y donde los candidatos se registran y ofrecen. Con la automatización que permiten estas webs, puedes recibir semanalmente en tu correo las ofertas que más te interesen, apuntarte con un sólo click, añadir una carta de autocandidatura genérica hecha por ti, redactar una nueva y seguir el estado de tus candidaturas. Una gozada en términos de comodidad y aprovechamiento del tiempo.

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Errores del empleador: cutre yo, pero no tú

4 Ene

Uno de los consejos que más se repiten a la hora de entregar un currículo, es que siempre esté impreso con la mejor calidad que nuestra impresora pueda dar de sí.  Eso demuestra interés, profesionalidad y, demonios, que te preocupa de verdad el ofrecer una buena imagen. Sin embargo, la sorpresa llega cuando entregamos nuestro currículo, que ha chupado medio cartucho de la impresora en calidad impecable 1, y a cambio nos piden que rellenemos unas hojas fotocopiadas y deplorables.

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Errores del empleador: la callada por respuesta

3 Ene

Son tiempos difíciles para todo el mundo. Como alguien que está buscando trabajo, veo docenas de sitios en los que podría estar haciendo algo y a los que quiero informar de mi disponibilidad a través de una autocandidatura, esto es, cuando envío un currículo a una empresa que no ha hecho pública su intención de contratar a nadie. Esto se tiene que hacer mediante una carta de autocandidatura, y en Internet hay docenas de páginas donde podéis ver un modelo.

Pero como dije en la introducción, esto no va de cómo deberíamos hacer nosotros las cosas, sino de cómo deberían ser en general.

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Errores del empleador: introducción

30 Dic

Con esto de que somos más de cuatro millones de parados, proliferan los artículos en medios de comunicación y blogs sobre lo que tenemos que hacer a la hora de buscar empleo, a saber: cómo redactar tu curriculum; cómo presentar una autocandidatura; cómo hablar en una entrevista de trabajo; cómo vivir con un subsidio miserable. Esto, que puede parecer loable, tiene un matiz más siniestro cuando esos textos se orientan hacia los errores que solemos cometer.

No digo que no haya una buena intención detrás, pues todos los consejos son bienvenidos y cualquier ayuda es poca cuando se trata de buscar trabajo, pero denota en algunos textos cierto aire de superioridad hacia el parado: si estás fichando en el INEM, vienen a decir, es que estás haciendo tú algo mal y ese algo está aquí. Por el contrario, en muy pocas ocasiones, y quiero pensar que es por despiste o estrechez de miras más que por intereses corporativos, falta por señalar lo que las empresas están haciendo mal a la hora de ampliar equipo. Y así, poco a poco, se está generando una idea de infalibilidad en torno a las empresas que mina el ego del parado.

Las empresas siempre tienen la sartén por el mango y pueden elegir a quien les de la gana, y tanto da que sea una persona con dos carreras y un máster que un perro con camiseta de fútbol, pero en algún momento nosotros, los que buscamos trabajo, tenemos que decir basta. Que lo estáis haciendo mal. Que este tipo de comportamientos no dan buena imagen. Está claro que la cosa no está para decir «no acepto este puesto porque han cometido esta serie de errores conmigo», pero creo recomendable que haya un inventario de fallos para el que busca trabajo y para el que lo ofrece.

Estos artículos son una queja, pero no sólo una queja, pues son también una llamada al orden. Quejarse, porque sí, no tiene más sentido que gritar en una montaña rusa: sirve para liberar tensiones, pero no para que pase el mal rato. Si hacemos ver a las empresas lo que ellos están haciendo mal, ganamos todos: ellos ganan agilidad y buena imagen; nosotros, tranquilidad y organización.

¿Tienes alguna sugerencia sobre lo que los empleadores no deben hacer o sobre otro tema relacionado con el paro? ¿Quieres compartir tu experiencia de parado? Puedes seguir el blog en Facebook y Twitter y hacerlo.

Y aunque es un mantra a estas alturas algo cansino, recuerda: ¡estar en paro no significa estar parado!

El que busca trabajo (II)

28 Dic

Respecto a mis trabajos no remunerados, he hecho un poco de todo.

En el 2006 empecé a colaborar con la página web Aullidos.com, un portal dedicado al terror que es el más importante en lengua hispana. Ahora pertenece al grupo Vocento, y me alegra comprobar cuánto ha crecido desde que empecé con un par de artículos. Desde mi entrada, he hecho críticas de cine, entrevistas, cobertura de eventos y artículos, y aún hoy colaboro con ellos de vez en cuando.

Entre 2008 y 2009 participé en Tinta Digital, un semanario digital donde escribí artículos relacionados con los videojuegos. He de reconocerle la paciencia que tuvo Borja Ventura, su impulsor y editor, con unos textos bastante áridos en ocasiones y que, sobre todo, se alejaban del canon de la prensa videojueguil española. En 2009 también realicé un par de artículos para Globedia, pero la cosa no me terminó de convencer y no continué.

En 2010 me picó el gusanillo de la radio y junto a un puñado de suicidas, me aventuré a realizar un programa sobre sexo en Radio Carcoma, una conocida emisora underground madrileña, durante tres meses. El espacio, titulado «Bichos Calientes«, solía contar con tres secciones habituales: Cajón Desastre, con Lucía Escudero, dedicado a temas relacionados con el erotismo y la sensualidad; Music Ah!, con Javier Caballero, que preparaba bloques de canciones que hablaban de sexo o incitaban a su práctica; Diario de un sociópata, una prolongación de mi blog, donde realizaba dramatizaciones de cuentos escritos por mí. También participaron Roberto Nácar en el programa número 1, donde se hizo lo que se pudo; Patricia Esteban, con una sección dedicada a cortes seleccionados de películas. Mis labores fueron la de editor, director del programa y presentador.

Por último, desde 2004 mantengo varios blogs en los que vuelco desde reflexiones personales a relatos. Esto me ha permitido practicar y madurar mi forma de escribir, en tanto que me ha permitido experimentar con total libertad y comprobar por mí mismo qué me funciona y qué no. Y aunque entiendo que algunos textos puedan no ser del gusto de todos (sé de un trabajo que rechazaron mi currículum al ver mi antiguo blog), es una parte importante de mi formación. Lo único que lamento es que, pese a tener un nombre pegadizo, «Diario de un sociópata», y de haber conseguido una repercusión mayor en Sudamérica, arrastra el estigma de haber sido creado, y por tanto nombrado, a raíz de un impulso de juventud.
Fue gracias al blog que aún hoy sigo escribiendo y preparando relatos, novelas y guiones y mantengo el músculo creativo en forma. Gracias a los relatos gané un premio en el Instituto Cervantes; un accésit del Concurso Aula de El Mundo; el premio a mejor relato en la web Aullidos.com en 2008; fui finalista en dos ocasiones no consecutivas del Premio Booket Universitario. Tres de mis relatos han sido publicados en la revista Redes para la ciencia.

El que busca trabajo

27 Dic

Mi nombre es Adrián Álvarez Muñoz. Nací en 1985.

Después de cuatro años en el Instituto Cervantes de Madrid, conseguí entrar en la carrera de Biblioteconomía y Documentación, dentro de la Universidad Complutense de Madrid. Mi objetivo, que a los actuales estudiantes puede que suene a chino, era poder introducirme en otra carrera por la puerta de atrás, aunque entonces no tenía mucha idea de cuál, si Periodismo o Comunicación Audiovisual.

Lo que es el tiempo, que sirve para fijar los objetivos de uno, me decanté por Comunicación Audiovisual. Accedí al Segundo Ciclo en la Universidad Carlos III de Madrid y me di cuenta de que mi pasión era el cine. Y que quería trabajar en ello.

De forma paralela a estos acontecimientos, entré a trabajar en unos conocidos supermercados, hoy absorbidos, en 2004. En dos años y por mera perseverancia, me convertí en el jefe del turno de noche con una persona a mi cargo, sin incremento de sueldo alguno pero con más responsabilidades. Mientras realizaba mis cursos universitarios, compatibilicé este trabajo con las prácticas obligatorias de las carreras: primero, como becario en el departamento de Portfolio en Telefónica, donde estuve seis meses; segundo, como becario de atrezzo para Diagonal TV en el serial «Amar en tiempos revueltos«, donde permanecí tres meses.

Luego me fracturé una vértebra de la espalda, me despidieron del supermercado y me puse a buscar trabajo de lo que había estudiado. En un año, sólo he conseguido acceder a dos puestos, como becario, sin cotización y sin continuidad: primero, como editor de vídeo y cámara para Estrategias de Inversión; segundo, como guionista y redactor para la Cadena SER en «A vivir que son dos días», donde escribí entrevistas, secciones, artículos para la web y hasta cuñas publicitarias. En septiembre de 2011 se acabó mi contrato de prácticas y desde entonces busco trabajo.

Actualmente estoy estudiando un Máster de dirección, guión y producción en la Academia CICE de Madrid.